Te perdono todo menos
lo que no me diste.
Te perdono tus errores y
los míos, tan casuales.
Las quimeras y los barloventos
que icé en las barandas y las
manos amputadas que llevo
aferradas al cuello.
Te perdono cada homicidio
al alma cansada que arrastraba
las sabanas que dormitaban
sin ganas.
El cerrarme la cancela que daba
a tu ventana, donde libaban las
promesas que a las musas de mis
sueños odiaban.
Te perdono la tardanza
Quizás estos versos que ya no
valen para nada sangren mas
que los poetas que lloran vidas
pasadas.
Te perdono lo que no quisiste,
mis letras llenas de erratas,
pero la estrofa que no te debo
será la que no escriba mañana
Muy bueno. Saludos
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