Deber

Sigo buscando un lugar donde morir contigo,

un paraje desolado, semejante a mi, a la nada,

yermo, devastado por la noche que maldigo.

Tal vez eterno en lo que dura el instante

del reflejo del eco de tu sonrisa en mi semblante.

Un sitio para toda la vida,

breve como el alivio en mi mente arbolecida

Un espejo para acicalar mi mortaja,

una butaca para asentar mi cabeza,

malditos hijos de puta, mil veces maldita sea mi certeza.

maldita sea mi certeza.

Que me cercenen las manos

si dejo de soñar el vuelo del vencejo,

que me desgajen los ojos

si dejo de dormir en los mares de tu cielo.

cielo.

Que los mios ya cansados

de cruzarme siempre a nado los mares de mi inconsciencia,

sean indultados por los callos de las manos

que me dejas en herencia.

Los que empuñan cada mina que siempre escriben del ayer,

los que te seguirán desdibujando como es

como es mi deber.


2 respuestas a “Deber

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