Mayo

He vivido bastantes ochos de Mayo, posiblemente más de los que me quedan, pero ninguno como cuando llegaste.

Las personas se van de este mundo llenas de cosas: ropa, ordenadores, móviles, cuentas de facebook, twitter, joyas, abalorios, desengaños y sueños sin cumplir….pero venimos sin nada, sin una motivación, sin una causa justa, respiramos porque ha de ser así, como animales, por instinto; y así llegaste tú, con las manos vacías, un corazón impoluto y unos ojos que descalifican a cualquiera.

Viniste a arreglarnos la vida, a pintar de nuevo este lienzo que, por unas y por otras, siempre tenía un tono ocre. A mama le diste un soplo de hálito para continuar, y, a mí, con el humor de interés variable y el cariño a plazo fijo, la oportunidad de volver a empezar de nuevo contigo.

Eres especial, se que se supone por ser tu padre, pero no.

Miras como lo hacen los que se saben conscientes de no pertenecer a esa manada, a este rebaño de borregos. Ese brillo que yo tan bien conozco, sin pretensiones, sin mentiras.

Vive hija, se feliz. Nunca te exigiremos nada, sólo te pido que vivas, que agarres el viento con las manos, que respires fuerte antes de la tormenta, que salgas a pasear cuando llueva, camina descalza y coge la tierra a manos llenas, respeta a los animales como lo que son, como a ti misma y nunca dejes que te digan como donde y cuando….

Los dos sabemos que todo esto, las risas y el patalear, las bienvenidas y las despedidas, todo lo que anhelamos, nos va a costar la vida. Por eso sonreimos cuando nos miramos, porque tenemos con que pagar.

Pero eso a ti no te importa,

y a mí tampoco.


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