Me dedique a coger rastrojos
a la vera de tu olivo, que de higos a brevas,
de mis míseros ojos fueron esquivos.
Y recojo cantos a mitad de mi camino
que son resquicios,
despojos de lo que nunca quise haber perdido.
Y reposo, en mi libre albedrío
bajo la sombra de la vela que alimenta mis quejidos.
Descoso, deshilacho la tela de la araña que tejió,
bajo mis labios de colmo despechados
que se apañan ya sabiendo, que se esta mejor callado.
Y te veo, y me duele el alma
y te sueño, y me abandona la calma
Y un quiero y no puedo,
no puedo quererlo
Que no quiero ser yo
quien te de la manzana.
👍
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